España, un país sin especialidad de Urgencias en el Siglo XXI (II)-AÑO 2022

Más de seis años después de la primera parte de este blog (quien lo diría), escribo esta parte II prácticamente finalizando el año 2021. Nada hemos avanzado en pos de la Especialidad en este tiempo. Nada ha cambiado en la organización de los Servicios de Urgencias de España tras el castigo sufrido por la pandemia COVID-19, declarada en España durante el primer trimestre de 2020, salvo los lógicos cambios funcionales para asistir a pacientes con sospecha de la enfermedad o los ya infectados. Ibamos a salir más fuertes, pero nadie ni nada ha cambiado la mentalidad de los políticos ni de los ciudadanos. Los héroes (más bien mártires) ya han sido desposeídos de sus capas benefactoras y volvemos a las andadas, aunque mú malamente porque parece que la sexta ola ya está aquí, lenta pero inexcusablemente. Las olas borran una y otra vez los castillos de arena. Ya no hay ganas de volver a construirlos. Tantas vidas perdidas, de ciudadanos y de sanitarios, porque nadie creía en el maremoto, porque al ver las olas decian "tranquilos, no hace falta saber nadar, ni siquiera traje de baño" y manifestémonos como un tsunami el 8-M, que no pasa nada. Y pasó, claro que pasó. 150.000 muertos mal contados, de ellos muchos profesionales sanitarios (peor contados aún) a los que al principio ni se les aconsejó la mascarilla (porque no había disponibilidad) y mucho menos EPIS (equipos de proteccion individual). La España cañí, la de siempre, sacó su ingenio y emergieron los sacos (de basura, de fertilizantes, delantales de charcutería, de cualquier cosa), las máscaras de snorking de Decathlon para dar ventilación y otras picarescas e inventivas soluciones paliativas. Además, hasta casi un año después del inicio declarado de la pandemia en España (Febrero de 2021) el Gobierno no reconoció la enfermedad por COVID-19 como enfermedad profesional en los sanitarios. ¿cabe mayor ignominia?. ¿es posible peor trato a unos profesionales?. Pero todo esto pasó, ojalá del todo, y como decía volvemos a las andadas. A la rutina, salpicada de enfermos de coronavirus que van in crescendo a la hora de escribir en mi blog. Y las Urgencias, tras ver disminuida su afluencia de no-enfermos durante las primeras olas, vuelven a lo que fueron. Y volvieron a los Servicios de Urgencias las rozaduras por calzado nuevo, los mocos, las toses inespecíficas, las fiebres de minutos de evolución, las peticiones de resonancia por larga espera, y demás causas de no-urgencia pero que a dia de hoy no tienen respuesta, a tiempo real, en la Atención Primaria de Salud, ese nivel asistencial dedicado a otros menesteres entre los que figura oponerse a la especialidad de urgencias en España con sus casi 30 irracionales razones (ver Documento en https://www.samfyc.es/pdf/28%20razones.pdf), además de su supervivencia como ámbito asistencial en un Sistema Sanitario claramente hospitalocentrista. Y significativamente, disminuyeron los infartos de miocardio, los ictus, las sepsis graves, los accidentes de tráfico (esto es lógico por la disminución de la movilidad ciudadana), con un incremento de la mortalidad global. Los que tenían que venir no vinieron, o no los trajeron.

¿Y qué hubo de la Especialidad de Urgencias? Durante este tiempo se han realizado multiples entrevistas a profesionales de Urgencias en TV y otros medios audiovisuales que, sorpresivamente, no mencionaron en ningun momento la necesidad de Especialidad en España ni pusieron en valor la labor de los profesionales de urgencias durante la pandemia, supongo que por una humildad mal entendida o quiza por falta de autoestima, dejando pasar una oportunidad unica de reivindicar (poner en valor lo llaman ahora) la necesidad de una especialidad vital para un Sistema sanitario del SXXI. No olvidemos, que en la actualidad más de 100 países del mundo cuentan con la Especialidad de Urgencias (solo 3 paises europeos no la tienen, entre ellos España). Y muchas de ellas la obtuvieron a consecuencia de crisis o catástrofes que sumieron al Sistema Sanitario en un caos. Asi, por ejemplo Mexico la obtuvo tras el terremoto que asoló el pais en 1985, quince años despues de que se iniciara en Estados Unidos de norteamerica el primer programa de la Especialidad (definitivamente aprobada en 1975, aquellos maravillosos años). No hay mal que por bien no venga, dice el dicho, pero aquí por mucho mal que venga no ha de venir el bien. Y se ha de seguir soportando que la medicina de urgencias sea ejercida por profesionales formados para la atención primaria (entre los que inevitablemente me encuentro) que nadan en un mar que no es el suyo, con unas olas que les vienen bastante crecidas y en un medio, el hospital, donde el médico de urgencias es el único que surfea en una tabla que no es la suya, desarrollando una labor asistencial muy distinta de aquella para la que fue enseñado (la atención primaria familiar y comunitaria y promoción de la salud de la comunidad), muy lejos ciertamente de subirse a una UVI móvil o asistir complejos procesos asistenciales urgentes y emergentes). ¡Zapatero a tus zapatos!. ESPECIALIDAD DE URGENCIAS ¡YA!.